El monzón nos sigue de cerca pero con la emoción de pedalear por estas tierras perfectas y lisas ni nos damos cuenta.
Gracias a nuestro buen sentido de la orientación nos atrevemos a perdernos por las carreteras secundarias, alejándonos de la carretera general y llegamos a estar casi 10 días sin ver turistas. Esta zona esta llenita de templos, pueblos pesqueros, arrozales y alojamientos económicos
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