Tras darnos cuenta de que esto está siendo demasiado fácil para nosotros y con unas ganas locas de coger la bici decidimos echarnos al monte.
La genial idea fue ir a Ranong por Phato, dicho de otra manera, 110 km de carreteras secundarias de las que más de una vez nos tocó echar pie a tierra y empujar.
Esta etapa fue tan bella como dura pero francamente era lo que nuestro subconsciente estaba deseando.
Y eso de llegar ya oscuro y recordar a Gisela echando pie a tierra tiene su puntillo...jejeje
la verdad que nos echamos unas risas allí en la mitad de la nada sintiéndonos hormiguitas en medio de un plato de espaguetis.
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